jueves, 18 de febrero de 2016

Derecho de los animales como debate epistemológico

The Great Ape Project  (Projecto del Gran Simio) es un proyecto que busca extender derechos humanos a chimpancés, gorilas, bonobos y orangutanes que busca otorgar derechos como el siguiente:

La protección de la libertad individual: los miembros de la comunidad de iguales no podrán ser privados de manera arbitraria de su libertad. Si los mismos, son enviados a prisión sin cumplir el debido proceso tendrán derecho a ser liberados inmediatamente. La detención de aquellos sin ser previamente acusados de un crimen, o que no cumplen las condiciones necesarias de ser acusados, será permitida solamente cuando se demuestre que la misma será por el bien de los detenidos o de aquellos que lo rodean. En los casos de detención los miembros de la comunidad de iguales tendrán el derecho a apelar directamente o, en ausencia de capacidades de defensa propia, serán defendidos por un tribunal judicial.

La organización fue creada para defender a los animales y extender derechos humanos a chimpancés, gorilas y orangutanes y evitar que sean  de objeto de violaciones.  Su misión es crear  legislación que proteja los derechos a la vida, la protección de la libertad individual y la prohibición de la tortura de animales.
La organización busca ir “más allá de la filosofía” y considera necesario reconocer que hay ciertos animales capaces de socializar y tener sentimientos.  Sin embargo, temas como este no pueden escapar de la filosofía y diferentes opiniones, esto es debido a que los derechos humanos tan sólo son accesibles para aquellos seres capaces de tomar decisiones racionales o irracionales.
Un niño posee derechos humanos limitados mientras sea incapaz de desarrollar su capacidad de razonar y elegir entre opciones distintas haciendo uso de su comprensión entre el bien y el mal. En ese estadio de crecimiento, cualquier hombre, carece de derechos humanos completos a la vez que carece de responsabilidad por sus actos según establecen las normas de convivencia humana. Estas personas, niños o personas con deficiencias mentales, están bajo el cuidado y protección de hombres e instituciones que se encargan de velar por su seguridad y la de aquellos que lo rodean.
Similar pero distintos a los niños, pretender que sólo porque un animal sea capaz de “pintar”, “sentarse a ver televisión” y comer bananas sin cáscara no es una justificación para otorgarles derechos. ¿Por qué? porque los animales actúan instintivamente y reaccionan a actos aprendidos luego de ser dañados, castigados o premiados.
Considerar que un animal podría adquirir derechos humanos de vida, libertad individual y protección contra la tortura, sería dejar a un lado el hecho de que el hombre es el único ser vivo que razona sus actos.
Es entendible que  haya personas interesadas en proteger a los animales y evitar que la tortura y/o violencia contra animales salvajes y doméstico continúe.  Sin embargo, la solución no se encuentra en otorgar derechos humanos a animales; la solución única para esta duda filosófica se encuentra en hacer uso de la libertad negativa. La libertad negativa establece normas que regularán y limitarán la acción humana de No violar, No torturar, No lastimar o mal alimentar a animales que estando o no bajo su cuidado sean objetos de daños por un ser humano.
No importa que los seres humanos compartamos el 96% de nuestro ADN con los gorilas o el 90% del ADN con los roedores.  La diferencia genética no está en cuestión en este caso como muchos pretenden.  La diferencia se encuentra en nuestra capacidad de tener sentimientos y hacer uso de la razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario